Carlos A. López Garcés
Cronista de Orituco
1.- Situación y nombre
2.- Una obra alentadora
La idea motivó el estudio y planificación de la presa Guanapito por parte del hoy desaparecido Ministerio de Obras Públicas (MOP) en representación del Ejecutivo Nacional; sin embargo, pasaron varios años para que la respuesta del Gobierno fuese favorable a la realización de aquella obra, luego que un grupo de productores orituqueños la replanteara ante el Presidente de la Junta de Gobierno, contralmirante Wolfgang Larrazabal, mediante comunicación fechada en Caracas el 6 de marzo de 1958, firmada por Juan González Rodríguez, Gustavo Aguilera, Jesús Pérez Montes, doctor Miguel Gutiérrez Carchidio, David Jaspe J., Silvio Pérez Montes, Carlos J. Chapellín, Jorge Zseplaki y César Mata de Gregorio, según escrito hecho público en el periódico Caminos Nº 3, que dirigía el margariteño Cruz Fermín B. y circuló en Altagracia de Orituco con fecha 15 de marzo de 1958. El impacto de la necesidad de aquel embalse era muy significativo; no obstante, su ejecución no había comenzado todavía a varios meses de haber sido aprobada; esto estimuló la difusión, durante cierto tiempo por medio de Radio Orituco (aún de reciente existencia), de un mensaje que decía: “La represa de Guanapito ya es un hecho; pero… ¿Cuándo comienzan los trabajos?”
3.- Dos medidas aplicables
La expropiación de bienes particulares y el desalojo de pobladores de las tierras a utilizar para la obra fueron dos medidas, indispensables e inevitables, aplicadas hacia 1958-59 cuando ya estaba tomada la decisión de iniciar aquellas labores, conforme a los dictámenes de la legislación correspondiente a esta materia por causas de utilidad colectiva. Los espacios del vecindario Guanape y de las haciendas Guanapito y La Rubileña los requirieron para la construcción de la represa, cuyos trabajos fueron ejecutados de 1959 a 1962 mediante la coordinación del otrora Ministerio de Obras Públicas (MOP), el cual contrató para esa finalidad a la empresa CAMYFA, un acrónimo derivado del nombre de su propietario Cayetano A. Méndez y familia.
El jefe de las actividades fue el ingeniero Otto Luis Pérez, quien estuvo acompañado por un cuerpo de profesionales de la ingeniería, entre los que estaban los hermanos José y Rafael Méndez Arocha, hijos del dueño de la contratista, Luis Segundo Romero Martínez, Rubén Tinedo Meza y uno de apellido Carbonell; además, por un equipo de topógrafos, entre quienes se recuerda a Pelayo Augusto Ledezma; asimismo, hubo la participación de algunas subcontratistas.
4.- Vida útil
El dique fue hecho sobre el paso del río Orituco en Guanapito, que era parte del viejo camino Altagracia de Orituco-Ocumare del Tuy, por la vía de Quere-Las Bestias-Las Bocainas hacia Quiripital. La obra fue edificada para almacenar cuarentinueve millones de metros cúbicos de agua, en una superficie aproximada de trescientas cuarenta hectáreas. Al parecer, estaba previsto que alcanzaría su máxima cota en el transcurso de cuatro años; no obstante, las lluvias fueron copiosas en 1962, tanto que la represa llegó a su capacidad extrema en el lapso de tres días de ese mismo año, según noticias aportadas por el señor Julio Girón, el domingo 29 de mayo de 2016 y comentarios repetidos entre gracitanos.
La durabilidad de este embalse habría sido estimada en ochenta años de vida útil. Su construcción incluyó la del sistema de riego de igual nombre, con suficiencia para regar cuatro mil hectáreas; también la de la Planta de Tratamiento Chapaiguana, ubicada en el barrio Peña de Mota de Altagracia de Orituco, para surtir de agua potable a esta población, inicialmente; aunque, después de ser ampliada varios años más tarde, ha servido para surtir a San Rafael y Lezama. Estas obras fueron inauguradas en abril de 1963 por Rómulo Betancourt, quien era el Presidente de la República. Desde entonces, Guanape y parte de Guanapito quedaron cubiertos por las aguas del embalse recién construido; tuvieron el mismo destino final de la finca La Rubileña, de un puente metálico situado sobre el cauce de la quebrada Guanape, en la antigua vía Altagracia-Caracas, y de un “turnapul” que no fue posible sacarlo a tiempo.
5.- Dos problemas principales
Desde 1973 se habla públicamente de dos problemas principales que tiene la represa. Uno, demostrado varias veces, es el de la contaminación ocasionada por el uso sin control de agroquímicos de baja, media y alta toxicidad, con efectos residuales como los clorados y fosforados, en las siembras realizadas al norte del embalse, los cuales le son vertidos con las aguas de lluvia y de riego junto con excrementos y otros desechos de humanos y animales domésticos desde vecindarios situados por allí en sus inmediaciones. El otro es el de la sedimentación causada por materiales trasladados por aguas de lluvias, procedentes de los cerros cercanos que fueron sometidos a talas indiscriminadas, cuyos suelos quedaron expuestos a la erosión por efecto de las precipitaciones. Este segundo problema pudo evidenciarse con estudios batimétricos efectuados en 1994, cuando la alcaldía orituquense era dirigida por el ciudadano Salomón Gómez Naranjo; además, en días más recientes, a propósito de la intensa sequía derivada del fenómeno climatológico El Niño, sucedido en el primer semestre del año 2016, cuando disminuyó significativamente su volumen de agua. Ambos problemas fueron expuestos por el autor de estas notas en un escrito publicado en dos ocasiones: la primera, en las páginas 12 y 13 del diario La Prensa Nº 1070, que circuló en San Juan de los Morros el sábado 22 de agosto de 1987 y, la segunda, en la página A-10 del periódico el siglo Nº 5838, editado en Maracay el domingo 18 de marzo de 1990.
Con la idea de prolongarle la vida útil a esta obra hidráulica, amén de la preservación de la cuenca alta del río Orituco, ha sido propuesta en diversas ocasiones, ante distintas instancias con poder de decisión, la posibilidad de dragarla y de extender el Parque Nacional Guatopo hasta la propia represa, sin que haya sucedido la receptividad esperada, lo que implica, entre otros casos, la prohibición absoluta de la permanencia humana en trabajos agrícolas y pecuarios en la porción territorial sujeta a los desalojos correspondientes. Sin embargo, debe decirse que, como resultado de una lucha vecinal tenaz e intensa, el Presidente de la República de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, declaró la creación de la Zona Protectora de la Cuenca Alta y Media del Río Orituco, mediante Decreto Nº 1652 de fecha 5 de junio de 1991 y, un año después, dictó el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso de la Zona Protectora de la Cuenca Alta y Media del Río Orituco, por medio del Decreto Nº 2329 fechado el 5 de junio de 1992, de acuerdo con los cuales están permitidos los asentamientos humanos al norte de la represa, con la restricción de las actividades agrícolas y la prohibición de las pecuarias. Estos instrumentos jurídicos no han sido aplicados a la fecha de hoy, a pesar de su vigencia; aunque constituyen elementos legales que estimulan la posibilidad de enseñar a los vecinos a vivir en armonía con la naturaleza, sin dañar el ambiente, sin alterar el equilibrio ecológico, lo cual fue fundamento de un proyecto relacionado con la creación de un Núcleo de Desarrollo Endógeno (NUDE), integrado por los vecindarios Orocollal, El Banco de Guanape, Naranjal, Caramacate y otros, que, lamentablemente, quedó inconcluso.
6.- El aliviadero
Desaguar el embalse durante los períodos de lluvias, en los primeros años de su utilización, era un verdadero espectáculo muy atrayente, tanto que fue motivo de postales como las hechas por el fotógrafo italiano Icilio Stéfani. Esa espectacularidad la ocasionaba el torrente de agua que descendía a modo de cascada, deslizándose sobre la plataforma de concreto de más de ochenta metros de largo, hasta un gran tanque receptor muy amplio y profundo, de donde el caudal daba continuidad al curso del río Orituco.
Algunos jóvenes, sobre todo los buenos nadadores y más arriesgados, aprovechaban aquel volumen de agua que bajaba con fuerza para lanzarse por allí, sentados sobre gaveras plásticas y disfrutando el momento, tanto como el de bañarse en el tanque de más de diez metros de profundidad, donde era realmente un reto para los nadadores más diestros el hecho de atravesar el fuerte oleaje que ahí se formaba. Otros, menos audaces, evitaban usar aquel espacio porque no estaba acondicionado para bañistas inexpertos. Era una diversión juvenil muy riesgosa, que, curiosamente, nadie contrariaba ni controlaba.
7.- Piscicultura y recreación.
Dos obras más fueron hechas al sur inmediato de la presa Guanapito, tiempo después de haber sido inaugurada. Una fue la Sub-estación Piscícola Experimental, dedicada principalmente a la investigación científica de esta área animal, con la finalidad de incrementar su rendimiento como fuente sustentable de proteínas para el consumo humano, lo que ha servido, entre otros casos, para producir alevines de diferentes especies de agua dulce, como son, por ejemplo, las cachamas, los pavones y las mojarras, que luego son aportadas a productores interesados en la piscicultura, además de ser utilizadas para repoblar el propio embalse. La otra fue el Parque Recreacional Guanapito, adonde acuden personas de diversas edades con el objeto de aprovechar sanamente los días de descanso. Debe agregarse que la represa también ha sido útil muchas veces a los pescadores ocasionales y deportivos.
8.- Parque El Venado
Este fue solo un plan recreacional que incluía el parcelamiento de terrenos y la edificación de viviendas respectivas, en las inmediaciones de la quebrada Guanape, cuyas aguas fueron útiles para la construcción de un balneario. Su ejecución plena fue frustrada por la construcción de la represa Guanapito, aunque ésta no inundaría los espacios del parque. Apenas quedó una casa modelo y la piscina, adonde iban excursionistas dominicales orituqueños aún en 1960.
Altagracia de Orituco, junio de 2017.
FUENTES
“El dique de Guanapito”. Caminos. Director-Administrador: Cruz Fermín B. Año I – Nº 3. Altagracia de Orituco, 15 de marzo de 1958, p. 3.
“El tabaco Rubio: Base económica de Orituco”. Correo del Orituco. Director: Víctor Pérez Pérez. Año I - Nº 1. Altagracia de Orituco, segunda quincena de abril de 1968, pp. 4, 5.
LÓPEZ GARCÉS, Carlos A. “Guanapito: un embalse con dos problemas principales”. La Prensa. Año III - Nº 1070. San Juan de los Morros, sábado 22 de agosto de 1987, pp. 12, 13. IBÍDEM: el siglo. Año XVII - Nº 5838. Maracay, domingo 18 de marzo de 1990, p. A-10.
II.- Informaciones orales
GIRÓN, Julio. Altagracia de Orituco, domingo 29 de mayo de 2016.
PEDRIQUEZ, Tulio. Altagracia de Orituco, domingo 11 de junio de 2017.
SOSA, Ramón. Altagracia de Orituco, jueves 7 de julio de 2016.
Construcción del embalse Guanapito. Foto: autor anónimo; colección de Ramón Alberto Mirabal Zapata (Beto); data quizás de 1960-1961
Vista parcial del embalse Guanapito. Al fondo: obsérvese el aliviadero y parte del dique. Nótese el nivel de descenso del agua como consecuencia de la intensa sequía ocasionada por el fenómeno natural El Niño. Foto: C.L.G., miércoles 20 de abril de 2016
La gráfica corresponde a la porción por donde desemboca la quebrada Guanape o El Banco en el embalse Guanapito. Nótese: restos del puente de hierro que estuvo sobre el cauce de esa quebrada en la antigua carretera hacia Caracas; el nivel de descenso del agua como consecuencia de la intensa sequía ocasionada por el fenómeno natural El Niño; la excesiva acumulación de sedimentos. Foto: C.L.G., miércoles 20 de abril de 2016
De izquierda a derecha: Carlos Ávila Arroyo, Carlos López Garcés y Oscar Itriago, de visita en la parte por donde desemboca la quebrada Guanape o El Banco en el embalse Guanapito, al lado de los restos de una especie de monumento de concreto, que fue hecho con fines publicitarios del Parque Recreacional El Venado, sito, aguas arriba, en las riberas de la quebrada precitada. Obsérvese: el nivel de descenso del agua como consecuencia de la intensa sequía ocasionada por el fenómeno climatológico El Niño y la excesiva acumulación de sedimentos. Foto: Omaira Aular, miércoles 20 de abril de 2016
Aliviadero del embalse Guanapito.
Foto: Andrés David Delgado