El PARQUE SENDREA EN
ORITUCO
Carlos A. López
Garcés
Cronista de
Altagracia de Orituco
La municipalidad del otrora distrito Monagas del estado Guárico
construyó un parque en Altagracia de Orituco, con el fin de honrar la memoria
de monseñor doctor Felipe Neri Sendrea, por iniciativa del Dr. Pedro María
Arévalo Cedeño(1). No está claro cuándo surgió esta idea ni cuándo fue
ejecutada. Sin embargo, es factible suponer que ya había sido “construido” en
el cuarto trimestre de 1927, porque está mencionado en dos fuentes confiables
que datan de aquellos días, una de las cuales es la partida de defunción de Ana
Álvarez Pérez, quien tenía 25 años de edad y era soltera cuando falleció a las
seis de la tarde (6 p.m.) del 15 de octubre de 1927, en el parque Sendrea (sic) de Altagracia de Orituco, a causa de
enfermedad mal definida(2); la otra fue fechada el 10 de noviembre de 1927,
cuando el Concejo Municipal monaguense, presidido por el Dr. Pedro María
Arévalo Cedeño, acordó la construcción de la avenida Fernando Acosta en
Altagracia de Orituco, para lo cual ese parque fue uno de los sitios de
referencia, según el primer artículo de aquel acuerdo que dice así:
“Art.
1°. Constrúyase una avenida en la extremidad occidental de la calle ‘Ilustres Próceres’, de esta ciudad
[Altagracia de Orituco] que, partiendo del parque ‘Sendrea’, termine en las últimas casas de la citada
calle.”(3)
Es
pertinente aclarar que las últimas viviendas de la calle Ilustres Próceres
estaban próximas al cruce de esta vía con la Julián Mellado (otrora calle de la Rehabilitación), en la llamada
antiguamente esquina de Toledo, cuyo nombre derivó del apellido de la familia
que habitaba la casa donde ahora está la capilla del Carmen. Esa avenida tenía
por objeto “…honrar la memoria de Don
Fernando Guillermo Acosta Paz Castillo, defensor de los ejidos de esta ciudad
[Altagracia de Orituco] y propulsor del progreso de la comunidad”, según lo
dicho en el artículo 2° del acuerdo precitado. Habían transcurrido seis años y
medio del fallecimiento del obispo Felipe Neri Sendrea, para el momento de
aquel acuerdo; su deceso ocurrió el 9 de mayo de 1921.
Para la hechura del parque habría sido dispuesto
inicialmente un terreno ubicado en el barrio La Playera, entre las calles
Pellón y Palacio e Ilustres Próceres, donde, al parecer, aún permanecía en
diciembre de 1932 o al menos ese espacio era identificado todavía con ese
epónimo, de acuerdo con la deducción que puede hacerse de un primer cartel de
remate, publicado en el periódico El
Grillo, que circulaba entonces en Altagracia de Orituco y en cuyo texto
está mencionado el “Parque Sendrea”. Esa
publicación dice lo siguiente:
“Primer Cartel de Remate. Estados Unidos de Venezuela.- Estado
Guárico.- Juzgado del Distrito
Monagas.- Altagracia de Orituco: 3 de diciembre de 1932. 123° y 74°. SE HACE SABER: Que por comisión del
Juzgado de 1ª Instancia de este Circuito
Judicial, en el Juicio Ejecutivo intentado por Benigno Delgado contra Tito Orosco [sic] Jiménez e Iginio Rafael
Yerena, se venderá en remate judicial, en su oportunidad
legal, una casa propia para habitación de familia y con departamento para comercio, con armadura y mostrador, la
cual está situada en esta ciudad, dentro
de los siguientes linderos: Norte, casa que fué [sic] de Francisco Ojeda, hoy de Alejandro Carías; Naciente, casa que fué
[sic] de Joaquín Zanotty, hoy de Fernando
Machado García; Sur, que es su frente, la calle ‘Pellón y Palacio’, en medio y ‘Parque Sendrea’, al frente
y Poniente, calle llamada ‘La Playera’. Dicho remate
versará sobre la propiedad para con su producto pagar al demandante cantidad de bolívares y las costas
de esta ejecución. Los demás informes se darán oportunamente.
El Juez, J.F. GARCIA SARMIENTO. El Secretario, Pedro V. Coronado.”(4)
No hay datos conocidos ni confiables acerca de las
características del parque Sendrea en
ese lugar, de donde fue mudado, en días imprecisos todavía y por razones
desconocidas, a un lugar ubicado en el ángulo sur-oeste del cruce de las calles
José Martí y Julián Mellado, diagonal con la plaza Bolívar, donde está situado
desde hace más de sesenta años. Este espacio estaba ocupado por vegetación baja
o arbustos en el año 1902, según puede observarse en una fotografía del genial Henrique
Avril, publicada en la revista El Cojo
Ilustrado que circuló en Caracas el 1° de septiembre de 1902(5).
El parque fue construido en este nuevo sitio sobre una
superficie rectangular de trescientos ochenticuatro metros cuadrados (24 m X 16
m = 384 m²), aproximadamente; a mediados del siglo XX tenía las siguientes
características: una avenida perimetral y dos transversales, en cuya
intersección, que era su centro, estaba colocado un busto de granito de
monseñor Felipe Neri Sendrea sobre un pedestal; varios bancos dispuestos
simétricamente en las avenidas transversales; cuatro jardines circunscritos por
las avenidas, donde resaltaba un pino Caribe en cada uno de ellos, amén de
arbustos y otras plantas ornamentales; cercado con barandas de algo menos de un
metro de altura, fabricadas con concreto como las avenidas, el pedestal y los
bancos; tres vías de entrada y de salida,
de paso restringido por dos cadenas de hierro respectivamente, que pendían por
sus extremos de ganchos específicos para ello, con lo cual se impedía la
entrada de burros, caballos, vacas, etcétera, que entonces deambulaban por las
calles altagracianas con mucha frecuencia, sobre todo en horas nocturnas; estas
cadenas fueron retiradas años después, cuando ya el tránsito de esos animales
había disminuido considerablemente.
El parque fue modificado
en el primer semestre de 1964, por decisión del Concejo cuando el bachiller Alí
de la Cueva ejercía la presidencia de ese órgano municipal, de acuerdo con nota
publicada en la página 4 del periódico orituqueño Topano N° 3, correspondiente al mes de julio de ese año, en la cual
puede leerse:
“El Concejo Municipal, que tenía más
de un lustro de letargo, al fin ha despertado
bajo la dirección de su activo Presidente, Br. Alí de la Cueva, y es así como ya ha construido un parque infantil,
diagonal con la esquina sur-oeste de la Plaza
Bolívar…”(6)
Sin dudas, el comentario precedente está relacionado con
el parque Sendrea; lo indica la ubicación con respecto a la plaza Bolívar.
Entonces lo convirtieron en parque infantil, mediante la instalación de equipos
de sube y baja, un tobogán, columpios, una rueda giratoria y varios bancos de
hierro con listones de madera atornillados; además: eliminaron las avenidas y
la cerca, que eran de concreto; talaron los pinos, quitaron los jardines y
sembraron perimetralmente algunas plantas ornamentales pequeñas; dejaron el
piso de tierra, recubierto con piedra picada suelta; instalaron luminarias
nuevas y lo cercaron con una malla metálica, de alambre galvanizado, marca Alfajol, sostenida por arcos de metal(7).
El busto de Sendrea aún existía en el parque en junio de 1967, pero desapareció,
lamentablemente. El escultor y pintor calaboceño Martín Leonardo Funes fue el
autor de esa apreciable obra escultórica(8).
El
parque fue objeto de nuevos trabajos de remodelación varios meses más tarde.
Los implementos de diversión infantil y la cerca metálica fueron retirados; le
rehicieron las avenidas y los jardines internos; le instalaron nuevos bancos,
nuevos postes y nuevas luminarias; le
reconstruyeron el pedestal, pero estuvo sin busto por largo tiempo, hasta que
fue instalado uno de bronce de origen desconocido; le construyeron dos paredes
de tres metros de altura aproximada, una al sur y otra al oeste, para
delimitarlo de las casas vecinas; lo cercaron con jardineras bajas, donde
sembraron plantas ornamentales pequeñas, que fueron dañadas por algunas
personas que acostumbraban sentarse en estas jardineras, donde lanzaban
semillas de mamones recién degustados, lo que ocasionó el nacimiento y
desarrollo de varios de esos árboles allí, los cuales proporcionaban agradable
sombra que era aprovechada por los visitantes; sin embargo, las jardineras se
dañaron como consecuencia del engrosamiento de los tallos de aquellas plantas
frutales. Así se mantuvo durante varios años, hasta que, acaso en 1997, cuando
el alcalde era Eusebio Dager Boyer (El Negro) y con la coordinación de Próspero
Julián Infante Marrero a nombre de una modesta empresa contratista, fueron
ejecutadas labores de reconstrucción del parque, que incluían: renovación de
avenidas, jardines, bancos de concreto, postes, luminarias, plantas
ornamentales sin inclusión de arbustos; tala de mamones y sustitución de
jardineras perimetrales por aceras para facilitar el paso directo por cualquiera
de sus dos lados (norte y este). Lo curioso fue que las placas de mármol con
datos identificadores del epónimo estuvieron desaparecidas muchos años; solo
apareció una que fue reinstalada, supuestamente, en 2011, cuando la alcaldía
estaba representada por la doctora María Chacín. En esta placa dice, sin
identificar al personaje: “Nació en los
Puertos de Altagracia, distrito Miranda, estado Zulia, el 27 de septiembre
de 1844”(9). La otra, donde estaba
tallado el nombre de Felipe Neri Sendrea, no fue posible encontrarla; al
parecer, la dañaron cuando la desmontaban; tampoco ha habido la oportunidad
para sustituirla (hasta la fecha de revisar estas notas en diciembre de 2013).
El
parque Sendrea ha sido tradicionalmente un lugar de diversa utilidad para la población
altagraciana. Servía de pista de patinaje a jóvenes adolescentes, sobre todo en
temporadas decembrinas de la sexta década del siglo XX, cuando los más expertos
demostraban sus admirables habilidades de excelentes patinadores, como lo
fueron, por ejemplo, Isidro Leobaldo Osío Carpio (alías El Negrito Osío) y Miguel
Aguilar, quienes, afanados por competir sanamente entre sí, desarrollaban mucha
velocidad sobre sus resistentes Winchester
metálicos y la aprovechaban para hacer distintas piruetas, por lo que
convertían esa competencia en un espectáculo sorprendente. Algunos estudiantes
del Liceo Ramón Buenahora lo utilizaban durante las noches en jornadas
preparatorias para la presentación de exámenes mensuales, parciales, finales
y/o de reparación, que debían rendir satisfactoriamente como requisito
académico. Se conserva todavía como sitio de tertulianos, con la participación
de intelectuales, políticos y otros interesados en el intercambio de saberes,
amén de mantenerse como punto de referencia para encantadores encuentros
amorosos y como “testigo inerte” de frustrantes desencuentros pasionales.
Llama la atención que el terreno que ocupaba el parque
Sendrea en La Playera permaneció durante muchos años sin tener otra utilidad
colectiva distinta a la de servir regularmente como cancha improvisada de bolas
criollas, donde se reunían lugareños a “pasar
el rato” practicando ese juego a la sombra de varios árboles frondosos
crecidos allí (ceibas, caros, etcétera). Así fue hasta la última década del
siglo XX, cuando el Concejo lo destinó para la construcción del parque Manuel
Ríos.
REFERENCIAS Y NOTAS
(1) SOSA: Topano. Año I – N° 10. Altagracia de
Orituco, mayo de 1965, p. 1. IBÍDEM: 1991, p. 7.
(2) R.C.M.J.T.M.: Partida de defunción de Ana Álvarez Pérez.
Libro de defunciones. Año 1927. Acta N° 141, folio 40.
(3) Topano. Año II – N° 17. Altagracia de
Orituco, julio de 1966, p. 2.
Observación: Léase
sobre este mismo dato del parque Sendrea en ARÉVALO: 2012, p. 82.
(4) Hoja suelta del
periódico El Grillo, que circulaba
en Altagracia de Orituco en 1936.
(5) El Cojo Ilustrado. Año XI – N°
263. Caracas, 1° de septiembre de 1902,
p. 735.
(6) “Obras municipales en Altagracia de Orituco”.
Topano. Año I – N° 3. Altagracia de
Orituco, julio de 1964, p. 4.
(7) DOMINGUEZ:
Conversación telefónica. Altagracia de Orituco-Maracay, 13 de septiembre de
2013.
(8) “Parque
Chapaiguana”. Topano. Año II –
N° 21. Altagracia de Orituco, junio de 1967, p. 2. MARTÍNEZ. Topano.
Año II – N° 17. Altagracia de Orituco, julio de 1966, p. 4.
(9) Felipe Neri Sendrea nació el 27 de agosto
de 1844 (no en septiembre) y su nombre correcto era Felipe Neri Sandrea
Caraballo, según datos localizados por Pedro Luis Padrón, Cronista de Los
Puertos de Altagracia, estado Zulia, y Julio César Franco, en los libros
eclesiásticos de la parroquia Nuestra Señora de Altagracia en Los Puertos de
Altagracia. Estas noticias fueron citadas por Manuel Soto Arbeláez en su
trabajo “Orígenes de Felipe Nery Sendrea
Caraballo, Segundo Obispo de Calabozo”, publicado en la página 16 del
periódico El Reportero, editado por
Misael Flores y Ezequiel Rojas, que circuló en San Juan de los Morros, en
agosto de 2011.
FUENTES
Documental
Registro Civil del
Municipio José Tadeo Monagas. Altagracia de Orituco, estado Guárico.
(R.C.M.J.T.M.)
Partida de defunción de
Ana Álvarez Pérez. Libro de defunciones. Año 1927. Acta N° 141, folio 40.
Bibliográficas
ARÉVALO, Pedro
Natalio. Calles, sitios y aleros de
Altagracia e Orituco. Sistema Nacional de Imprentas del Estado Guárico.
Fundación Editorial El Perro y La Rana. Colección José Antonio De Armas Chitty.
2012.
Hemerográficas
AVRIL, Henrique. Fotografía de la Casa de Gobierno de
Altagracia de Orituco. El Cojo
Ilustrado. Año XI – N° 263. Caracas,
1° de septiembre de 1902, p. 735.
“El Concejo Municipal del Distrito Monagas”. Topano. Responsables: José Francisco
Martínez Armas y Luis Emilio Infante. Año II – N° 17. Altagracia de Orituco,
julio de 1966, p. 2.
El Grillo, periódico que circulaba en Altagracia de Orituco en
1936 (hoja suelta sin más datos).
MARTÍNEZ, José
Francisco. “Grupo escultórico de los
fundadores del Colegio Guárico”. Topano.
Responsables: José Francisco Martínez Armas y Luis Emilio Infante. Año II – N°
17. Altagracia de Orituco, julio de 1966, p. 4.
“Obras municipales en Altagracia de Orituco”. Topano. Responsables: José Francisco
Martínez Armas y Luis Emilio Infante. Año I – N° 3. Altagracia de Orituco,
julio de 1964, p. 4.
“Parque Chapaiguana”. Topano. Responsables:
José Francisco Martínez Armas y Luis Emilio Infante. Año II – N° 21. Altagracia
de Orituco, junio de 1967, p. 2.
SOSA, Sixto. “A la memoria del Dr. Pedro María Arévalo
Cedeño”. Topano. Responsables:
José Francisco Martínez Armas y Luis Emilio Infante. Año I – N° 10. Altagracia
de Orituco, mayo de 1965, p. 1.
SOSA, Sixto. “A la memoria del Dr. Pedro María Arévalo
Cedeño” en: Dr. Pedro María Arévalo
Cedeño (una vida consagrada al bien común). Altagracia de Orituco.
Publicaciones de la Fundación ‘Dr. Pedro María Arévalo Cedeño’, N° 6, 1991, p.
7.
Informaciones orales:
DOMINGUEZ, Luis.
Conversación telefónica. Altagracia de Orituco-Maracay, viernes 13 de
septiembre de 2013, hora 06:10 p.m.
AVILA PALACIO,
Agustín. Conversación. Altagracia de Orituco, sábado 28 de septiembre de 2013.
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