lunes, 11 de diciembre de 2017

PBRO. DR. BALDOMERO RAUSEO


Carlos A. López Garcés

Cronista de Orituco

 
            Párroco de Altagracia de Orituco desde el primer trimestre de 1915, según una anotación hecha por él mismo en el libro de bautismos y otra en el de matrimonios, ambos de ese año, que dice textualmente: “Nota.- Hoy cuatro de marzo de mil novecientos quince tomé posesión de esta Parroquia y Vicaría de ‘Nuestra Señora de Altagracia de Orituco’ y entré en ejercicio de dichos cargos. / Véase el ‘Libro de Gobierno’ / B. Rauseo”. Se mantuvo entre los altagracianos hasta 1928 en actividades sacerdotales y políticas. Fungió de Presidente del Concejo Municipal del viejo distrito Monagas del estado Guárico en 1926, en cuya condición firmó el acta de apertura del Libro de Registro de Defunciones del antiguo municipio San Rafael de Orituco, correspondiente al año 1927, fechada el 31 de diciembre de 1926.  
 

            El abogado y cronista Pedro Natalio Arévalo, en su libro Calles, sitios y aleros de Altagracia de Orituco (2012, pp. 41, 42), aseveró que el padre Baldomero Rauseo era un oriental, presuntamente nativo de Maturín (estado Monagas), que se desempeñaba como concejal a la fecha del 6 de diciembre de 1917, cuando, junto con otros ediles, firmó el acuerdo dictado por el Concejo Municipal del distrito Monagas mediante el cual este órgano legislativo, en pleno, protestaba enérgicamente contra el contenido del folleto Los pretendidos ejidos de Altagracia, escrito por Manuel Landaeta Rosales, publicado en Caracas el 9 de noviembre de 1917 y en el cual negaba el derecho de propiedad que tiene Altagracia de Orituco sobre las tierras concedidas por el rey de España a los indígenas gracitanos, el 2 de agosto de 1714, con la intermediación del Corregidor de esa comunidad, alférez don Martín Pellón y Palacio, que desde entonces son la base territorial del pueblo mencionado.   


Rauseo escribió el artículo “Breve historial”, impreso  en la página 7 de la revista Luz y Vida, cuyo único número fue editado en Altagracia de Orituco en octubre de 1927. El autor refiere en ese trabajo periodístico la discutible hipótesis de la transformación de San Miguel del Rosario en Altagracia de Orituco. Tuvo el don de ser un orador de discurso muy atractivo; un ejemplo de esta virtud fue su disertación con motivo del centenario de la Batalla de Ayacucho en 1924, expuesta en el Centro Concordia, otrora asociación cultural altagraciense. Ejerció el sacerdocio en Guarenas, estado Miranda, donde cumplió importantes actividades educativas para niñas. Fue designado Vicario de Ocumare del Tuy en 1935, por disposición del Arzobispo de Caracas, monseñor Rincón González.  Murió en Caracas, el 28 de abril de 1950.

 
Este religioso es el epónimo de la calle Rauseo de Altagracia de Orituco, que, en dirección este-oeste, se extiende desde la calle Bolívar hasta La Playera, con lo que se le tributa un recuerdo perdurable. Esta vía  fue conocida inicialmente como La Rasante, la cual bordeaba el cerro Peña de Mota; por allí comenzó a ser construida, a pico y pala, la carretera hacia los Valles del Tuy durante el gobierno presidido por el general Eleazar López Contreras, hacia la cuarta década del siglo XX, de acuerdo con informaciones aportadas por el señor José Ramón Ochoa (el Chingo José Ramón), quien trabajó como obrero en esa obra.

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