Carlos A. López Garcés
Cronista de Orituco
“La historia hay que mirarla a través del
documento”
Fustel de Coulanges
(Historiador francés. 1830-1889)
El libro de bautismos,
velaciones y casamientos de la iglesia del Valle de San Miguel del Rosario de
Orituco, iniciado por el padre Juan de Barnuevo el 4 de junio de 1676, está
resguardado en el archivo de la parroquia Nuestra Señora de Altagracia, estado
Guárico. El primero de los folios está muy dañado; sin embargo, contiene restos
de la nota de apertura de ese legajo, cuyo texto completo fue el siguiente:
“[Libro de baptismo]s, velaciones y casamientos [de feligreses]
pertenecientes a este Valle de San Miguel del Rosario de [roto] soto [sic] de
La Cruz del Maestre de Campo Pedro de Mezones, fecho desde [4] de junio deste año
de 1676, que se fundó esta santa iglesia por el Ilustrísimo y Reverendísimo
Señor Maestro Don Fray Antonio González de Acuña, Obispo Benemeritísimo de
Venezuela y Caracas, cometida a mi Juan de Barnuevo, cura capellán en ésta y
son los que se han baptizado y velado los siguientes. Juan de Barnuevo”.
Es pertinente decir que los datos expuestos entre corchetes
fueron tomados de dos fuentes para reconstruir el documento. Una fue la publicación
hecha por monseñor Rafael Chacín Soto en su columna “Papeles y voces de ayer”,
editada en la página 2 del periódico Alborada
Nº 11, que, dirigido por el profesor calaboceño Blas Loreto Loreto, circuló en Altagracia de Orituco el 7 de
agosto de 1950, en la cual se mencionó como fecha el 2 de junio, lo que es un
error evidente. La otra fue una nota deteriorada que está inmediata a la del
padre Juan de Barnuevo (como puede verse en la fotografía), quizás redactada en
el siglo XVIII, en la cual es factible leer lo expuesto de seguidas:
“Formo estos libros parrochiales el padre don Juan de Barnuevo,
a cuatro [sic] de junio de 1676, según que arriba consta; y estubo de cura
hasta el año de 1716, en 23 de febrero, que dentro [sic] interino el padre Manuel
Pinto de Magallanes, el qual estubo de cura hasta el 30 de septiembre de dicho
año de [1716] en el qual dia se enterro [sic] [roto] cura propietario de
S[roto] cente de Ortuño quiera [roto] mayor onrra y gloria [roto] señor maestro
don fray Francisco [roto] do con asenso y [roto] no Governador y capitán [roto]
rioso lo firme [roto]”.
Este libro eclesiástico de San Miguel habría sido el mismo que
el obispo Mariano Martí encontró en Altagracia de Orituco, en la segunda
quincena de marzo de 1783, cuando visitaba pastoralmente a esta población y ya la
feligresía sanmiguelina estaba agregada a la altagraciana. Era el más antiguo
de los libros de la iglesia “parroquial” de San Miguel, acerca del cual el
prelado agregó: “…Este mismo libro tiene una nota firmada de dicho Cura
capellán [Juan de Barnuevo] que dize haver formado sus libros parroquiales
desde 4 [sic] de junio de 1676 para los feligreses pertenecientes a este Valle
de San Miguel del Rosario de Orituco y hasta de la Cruz del Maestre de Campo
don Pedro de Mesones, y que en dicho año se fundó esta Iglesia por el Illmo. y
Rvmo. señor maestro fray don Antonio González de Acuña, cometida o encargada a
dicho don Juan de Barnuevo, Cura capellán de dicho San Miguel…”
Esos datos aportados por el padre Juan de Barnuevo sirvieron
para celebrar en 1976 un supuesto tricentenario de la creación de la parroquia
Nuestra Señora de Altagracia, a lo que algunas personas le agregaron que se
trataba también de la fundación de Altagracia de Orituco. Esa festividad fue el
efecto de un lamentable error de interpretación, pues el documento no indica,
en ninguna de sus líneas, que esa fecha correspondía a la fundación de una
parroquia o de un pueblo. Una creación semejante ameritaba un dictamen previo
sobre ese particular, emitido por la superioridad eclesiástica con jurisdicción
en Venezuela. La nota del cura Barnuevo no tenía esa significación para San
Miguel ni para Altagracia de Orituco porque este pueblo no existía; está
referida expresamente al uso del libro,
a la fecha de su apertura, al sacerdote que lo comenzó, al año de la creación
del templo, al fundador de “esta santa iglesia” y al cura capellán encargado de
ella.
Es conveniente subrayar, con fines aclaratorios, que el obispo
González de Acuña visitó pastoralmente a San Sebastián de los Reyes en
febrero-marzo de 1676, cuando el presbítero Barnuevo ejercía el sacerdocio en
esa ciudad. Ese mismo prelado, mediante carta fechada en Turmero el 22 de abril
de ese año de la visita, notificó al rey acerca de la construcción de iglesias
en varias poblaciones, entre las cuales estaba la de San Sebastián de los Reyes
a cuya territorialidad pertenecía San Miguel del Rosario. ¿Uno de aquellos
templos era el sanmiguelino?
El padre Barnuevo tenía el deber de organizar los libros del
registro eclesiástico de una feligresía cuya iglesia era nueva y para la cual
estaba recién comisionado, pues hacía poco tiempo de su llegada a San Miguel
desde San Sebastián de los Reyes, de donde lo habían transferido por graves
problemas de conducta, de los cuales se enteró el propio obispo. Es
antihistórico afirmar que aquella apertura equivale a la fundación de una
parroquia o de un pueblo, porque lo que revela el documento es que se trató,
sencillamente, de un acto protocolar ejecutado por el cura Barnuevo en
cumplimiento de una responsabilidad sacerdotal, que coincidió con el año de la
fundación de un templo nuevo; era el mismo deber que tenían otros sacerdotes
con sus feligresías en casos similares. ¿Qué relación había entre aquella
iglesia de San Miguel y el compromiso que tenían los encomenderos lugareños de
construir un templo para el adoctrinamiento de los indios encomendados a su
cargo, de acuerdo con las normas del entonces imperante régimen de trabajo
gratuito y obligatorio, que los indígenas debían cumplirle durante tres días
semanales al encomendero respectivo, cuando aún faltaban diecisiete años y
nueve meses para el surgimiento de Altagracia de Orituco, el 1 de marzo de 1694
como consecuencia de la abolición de ese sistema de servicio personal en 1687?
Por otra parte, la ocasión es apropiada para anotar que llama mucho
la atención los quince meses y veinticinco días transcurridos desde la fecha de
apertura de aquel libro eclesiástico hecha por el clérigo Barnuevo y la del primer bautismo que registró
allí el 29 de septiembre de 1677, el cual correspondió a un negro adulto de
nombre Domingo, quien era esclavo de don Pedro de Mezones. El segundo lo
dispensó en diciembre de ese año a María Rosa, mulata esclava, hija legítima de
Domingo, indio encomendado de doña Catalina de Rangel, y de Juana, negra
esclava de Juan de Ortuño. Los siguientes fueron realizados el 25 de mayo de
1678, cuando confirió el sacramento a dos negras adultas identificadas como
María y Victoria, quienes eran esclavas del tesorero Fernando Aguado de Páramo.
Los daños del documento apenas permiten saber que, en ese mismo año 1678 y
después de esas dos negras, se lo administró a una esclava del alférez Melchor
Muñoz de la Vega y a una india de la encomienda del capitán Juan de Laya, cuyo
padrino fue un alférez, quizás del valle sanmigueleño. En resumen: El padre
Barnuevo no realizó bautismos durante el lapso comprendido de los primeros días
de junio de 1676 a los últimos de septiembre del año siguiente; solo efectuó
dos bautizos en el tercio final de 1677
y ninguno en el primer cuatrimestre de 1678. ¿Qué ocurría con la evangelización
en San Miguel entonces?
Altagracia de Orituco, 31
de mayo de 2018.
FUENTES
I.- Documentales
ARCHIVO DE LA PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE ALTAGRACIA.
Altagracia de Orituco, estado Guárico. Libro de bautismos de San Miguel del
Rosario y del pueblo Nuestra Señora de Altagracia. Años 1677-1744.
II.- Biográficas
CASTILLO LARA, Lucas Guillermo. San Sebastián de los Reyes. La ciudad trashumante. Caracas.
Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Fuentes para la Historia
Colonial de Venezuela, vol. 172, t. I, 1984.
MARTÍ, Mariano. Documentos relativos a su visita pastoral de la Diócesis de Caracas. 1771-1784. Libro personal. Caracas. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, vol. 96, t. II, 1969.
III.- Hemerográfica
CHACÍN SOTO, Rafael. “Papeles y voces de ayer”. Alborada. Director: Blas Loreto Loreto.
Año I – Mes VIII – Nº 11. Altagracia de Orituco, 7 de agosto de 1950.
La
gráfica muestra el resto documental de la apertura del libro de bautismos,
velaciones y casamientos de la iglesia del Valle de San Miguel del Rosario, hecha
por el padre Juan de Barnuevo el 4 de junio de 1676. Foto: Carlos A. López
Garcés, jueves 16 de enero de 2014
En la sección de las FUENTES, donde dice Biográficas debe decir Bibliográficas
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